Las personas que trabajan en estas condiciones y horarios son similares a las de un empleado, pero no disfrutan de los mismos derechos.
La precariedad laboral es señalada por UATAE como el principal caldo de cultivo para esta situación, afectando especialmente a los jóvenes.
La figura del falso autónomo ha sido ampliamente discutida y criticada en el ámbito laboral, debido a que algunas empresas la emplean de manera injustificada, lo que genera perjuicios para quienes trabajan bajo esa etiqueta de autónomos sin serlo realmente. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, destacó que en tres años se ha regularizado la situación de más de 80.000 personas que trabajaban como falsos autónomos, de las cuales más de 40.000 fueron regularizadas en 2022.
¿Qué implica ser un falso autónomo?
Se refiere a personas oficialmente registradas como autónomos, pero que, en la práctica, trabajan bajo las mismas condiciones y horarios que los empleados asalariados. María José Landaburu, secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), explica que la empresa proporciona los recursos para realizar su trabajo y su remuneración es fija. A diferencia de los autónomos genuinos, cuya facturación varía según su actividad, los falsos autónomos reciben ingresos constantes.
Es común que estos trabajadores realicen las mismas tareas que sus colegas asalariados en la empresa, siendo empleados encubiertos como autónomos. Incluso, se han presentado situaciones donde empleados fueron despedidos para ser dados de alta como autónomos, manteniendo sus funciones y condiciones, pasando a ser considerados falsos autónomos.
¿Por qué algunas empresas optan por esta figura?
Para las empresas, es una situación conveniente, ya que no asumen la cotización a la Seguridad Social por cada trabajador, pues este coste recae sobre el propio trabajador al pagar su cuota de autónomo. Algunas empresas incluso abonan esta cuota para regularizar la situación, aunque esto es criticado, ya que existe una gran diferencia entre la tarifa plana de 80 euros que pueden optar los autónomos en sus primeros dos años y la cotización a la Seguridad Social que deberían pagar como empleados asalariados.
Incluso, algunas empresas llevan a cabo la facturación y el alta de estos trabajadores como autónomos para agilizar procesos. Esto ha generado distorsiones en las Encuestas de Población Activa (EPA), ya que es difícil determinar si estos trabajadores son asalariados o no.
¿Cuáles son los perjuicios para los falsos autónomos?
Lo que beneficia a las empresas se convierte en perjuicios para los trabajadores, quienes ven reducidos sus derechos laborales. Al no tener un contrato que los vincule a la empresa, carecen de derechos como vacaciones remuneradas, antigüedad, permisos de maternidad y paternidad, derecho a huelga, participación en comités de empresa y afiliación sindical.
Además, estos trabajadores pueden ser despedidos sin derecho a indemnización y, si se enferman o deben tomar una baja, deben encontrar a alguien que los reemplace, o perderán su jornada laboral por completo.
Esta situación también impacta en sus futuras jubilaciones, ya que muchos eligen cotizar por la cuota mínima debido a su precariedad laboral, lo que se traduce en pensiones más bajas.
¿Qué sectores se ven más afectados?
Inicialmente, esta problemática estaba más vinculada a los transportes y las falsas cooperativas cárnicas, pero luego se ha extendido a diversos sectores, incluyendo profesionales de la educación, compañías de seguros, repartidores, fisioterapeutas, periodistas, comerciales y peluqueros. No obstante, no es un fenómeno exclusivo de España, ya que también se presenta en otros países europeos. La Comisión Europea ha propuesto regularizar a los falsos autónomos que trabajan en plataformas digitales.
En resumen, la precariedad laboral es el factor común en todos estos sectores y perfiles afectados, lo que lleva a muchos trabajadores a aceptar estas condiciones por falta de alternativas laborales.
¿Cómo actuar en esta situación?
Lo más recomendable es denunciar esta práctica. Se puede hacer una denuncia anónima ante la Inspección de Trabajo para que intervenga. También se puede presentar una denuncia personalmente, aunque esto suele ocurrir cuando el trabajador ya ha sido despedido y no tiene nada que perder.
¿Qué consecuencias enfrentan las empresas que contratan falsos autónomos?
Contratar a trabajadores como falsos autónomos, cuando en realidad son empleados asalariados, constituye un fraude laboral y está sancionado por la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social. Las multas pueden oscilar entre 3,000 y 10,000 euros. Además, una reciente reforma del Código Penal establece penas de prisión de seis meses a seis años y multas de seis a 12 meses para los empresarios que contraten reiteradamente falsos autónomos o restrinjan sistemáticamente los derechos laborales o las condiciones de trabajo pactadas, tanto en contratos como en convenios.
Por ejemplo, la empresa de reparto Glovo ha sido objeto de sanciones por un total de 57 millones de euros por emplear falsos autónomos y por el empleo irregular de trabajadores extranjeros sin permiso de trabajo.
Fuente: RTVE.es