Son trabajadores previamente categorizados como autónomos que, gracias a la actualización en la metodología de la Encuesta de Población Activa (EPA), ahora se identifican como empleados de terceros o empresas.
El Instituto Nacional de Estadística (INE), en su Encuesta de Población Activa del segundo trimestre, ha reclasificado a 132,100 personas que previamente se autodenominaban trabajadores autónomos como empleados asalariados. Estos individuos inicialmente se habían etiquetado a sí mismos como profesionales independientes, pero según la nueva metodología de la EPA, se consideran empleados de otra entidad o empresa.
En el primer trimestre de 2022, hubo 163,000 reclasificaciones de trabajadores autónomos que declararon ser independientes pero luego reconocieron que estaban empleados. Esto ocurre después de que el Instituto Nacional de Estadística modificara su metodología de la Encuesta de Población Activa hace apenas dos años, introduciendo nuevas variables en el análisis de los resultados mediante preguntas más detalladas a los encuestados. Una de estas variables se centra en las "condiciones de trabajo y la caracterización de contratistas dependientes".
El nuevo cuestionario, implementado en 2021, incluye preguntas más exhaustivas sobre la naturaleza del trabajo, si se trabaja por cuenta propia y cómo se realiza la actividad laboral. Además, indaga si el encuestado es autónomo y si trabaja "en una empresa o en el negocio de un empleador que le proporciona trabajo", independientemente de si tienen o no un cliente exclusivo. También se investiga su puesto de trabajo en la empresa y si tienen el control personal sobre su horario de trabajo, un factor clave para determinar si son autónomos.
Basándose en las respuestas proporcionadas, más de 100,000 trabajadores que antes se consideraban autónomos ahora se clasifican como asalariados según la EPA.
La encuesta también informa que 117,300 personas se declararon autónomos, pero facturaban principalmente a un único pagador, con solo trabajos ocasionales para otros clientes. Aunque esto pueda parecer confuso, no necesariamente implica que sean falsos autónomos, siempre y cuando ejerzan su actividad de acuerdo con sus propios criterios y medios de producción. Estos individuos serían considerados "Trabajadores Autónomos Económicamente Dependientes" (TRADE), una categoría definida en el Estatuto del Trabajo Autónomo. El número de TRADE ha disminuido en comparación con los 129,400 casos del primer trimestre de 2023, pero ha aumentado en relación con el mismo período de 2022, cuando había 110,200 autónomos que trabajaban principalmente para un solo cliente.
Estos datos contrastan con las declaraciones del secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Reyes, quien en agosto informó que la Inspección de Trabajo había regularizado más de 17,500 casos de falsos autónomos entre enero y julio.
Es importante tener en cuenta que las estadísticas del INE se basan en encuestas directas a ciudadanos para comprender su situación laboral y cumplen con las regulaciones de confidencialidad y secreto estadístico. Por lo tanto, reflejan las respuestas proporcionadas por los ciudadanos.
Es crucial distinguir entre falsos autónomos y trabajadores autónomos económicamente dependientes, ya que son situaciones legales y laborales diferentes. Los falsos autónomos trabajan en condiciones similares a los empleados asalariados pero están catalogados como autónomos para evitar costos sociales, mientras que los autónomos económicamente dependientes son autónomos legítimos cuya actividad depende en gran medida de un único cliente, siempre y cuando cumplan con ciertas condiciones. La Inspección de Trabajo está llevando a cabo inspecciones para regularizar la situación de los trabajadores autónomos y garantizar su cumplimiento con las obligaciones fiscales y de seguridad social. Los empleadores que contraten falsos autónomos pueden enfrentar sanciones graves, incluidas penas de prisión.
Fuente: Autónomos y emprendedor.es